"Las nieves del Kilimanjaro" es una canción del compositor y cantante francés Pascal Danel que triunfó a finales de los años 60. Ahora ha inspirado la película del mismo nombre que, dirigida por Robert Guédiguian, está en las pantallas españolas tras haber ganado la espiga de plata, premio del público, en el último festival de cine de Valladolid. Nada tiene nada que ver con la novela de Hemingway ni con su adaptación al cine por Henry King en 1952.
"Las nieves del Kilimanjaro" nos cuenta la historia de Michel, un sindicalista que ha trabajado en los astilleros de Marsella y que tras negociar un ERE con la empresa, se incluye en el sorteo de donde saldrán los veinte trabajadores despedidos resultando uno de los afectados. El despido no le preocupa. Tiene una situación económica acomodada, está a gusto con su mujer, sus tres hijos están independizados... Se siente orgulloso de su actuación en el sindicato y de la negociación del ERE.
Su felicidad se verá alterada cuando dos hombres armados y enmascarados atacan a la pareja protagonista, les golpean, les atan, les
arrancan sus alianzas y se fugan con sus tarjetas de crédito. Su
desasosiego será mucho más violento cuando descubran que esa brutal
agresión ha sido organizada por uno de los jóvenes obreros despedidos al
mismo tiempo que Michel y que en razón del poco tiempo que lleva en la empresa no ha tenido derecho a ser indemnizado. Michel y su esposa, Marie-Claire empezarán a entender a su agresor sobre todo cuando sepan que vive solo con sus dos hermanos pequeños y se ocupa de
ellos.
El título de la película viene dado por el regalo que con motivo de su despedida le hacen sus familiares y compañeros, un viaje a África, al Kilimanjaro. Pero el asalto que sufren da al traste con el viaje y los esposos decidirán emplear su importe en otros fines totalmente distintos a los inicialmente previstos.
Se trata de cine social, con una muy interesante aproximación a ese mundo laboral actual donde incluso entre los trabajadores existen diferencias de clase: los establecidos y los precarios.
Aunque el último tercio de la película resulta dificil de asumir, no se puede negar que es un canto a la esperanza y que quizá no esté todo perdido en el entorno de la crisis que nos agobia. En cualquier caso una película interesante, que nos obliga a reflexionar sobre el mundo que tenemos y el que queremos. ¡Que la disfrutéis!
Buenos días y buena suerte.
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