Abanicos antiguos, un lujo a tu alcance

Soy Pilar Aguirre y hoy me estreno como bloguera en Mundo Avenio. Quiero compartir con todos vosotros mi pasión por las antigüedades y por las artes aplicadas y empiezo por el abanico, un práctico accesorio con muchísima historia detrás, que me encanta. 

Su utilización como artilugio para abanicar o espantar insectos está documentada en muchas civilizaciones antiguas como la egipcia, babilonia, persa, griega o romana, por hablar de las más cercanas a Occidente, pero no hay que olvidar que también eran elementos comunes en la antigua China o en las culturas precolombinas.

En un principio no eran más que un "ventilador" manual fijo realizado con plumas u hojas, pero con el tiempo, se crearon los abanicos plegables. Según todos los indicios, este diseño es una invención japonesa que puede datarse entre los siglos VII y VIII después de Cristo y que llega a Europa entre los siglos XV y XVI de la mano de los comerciantes portugueses. 

A partir de ese momento lo vemos formando parte de los complementos habituales de las grandes damas en España, Francia, Italia o Inglaterra, llegando a convertirse en un elemento imprescindible que no podía faltar en las manos de una señora. El hecho de tenerlo siempre a mano, facilitó que el abanico fuera utilizado como vehículo de comunicación, midiéndose incluso la distinción de una dama por la gracia y habilidad de su manejo. 

En España, ya tenemos en la Valencia del siglo XVIII un gremio de abaniqueros, indicador del gran número de artesanos que concentraba esta actividad. A principios del siglo XIX en la misma ciudad, se pone en marcha la Real Fábrica de Abanicos y la producción de este accesorio vive un gran momento de esplendor que continúa hasta nuestros días.

En Avenio hemos querido transmitir la magia del abanico antiguo con una nueva sección que se incorpora a nuestra tienda. Una oferta única de piezas de los siglos XIX y XX provenientes de España, Francia y China.

Muchos artistas y artesanos de otras épocas dieron muestras de su talento en estos abanicos de mano que se han conservado hasta nuestros días. Trabajaron el carey, el hueso, el marfil, la madera, el nácar, el encaje, la pintura sobre papel o seda en exquisitos diseños realizados a mano para satisfacer los gustos y necesidades de sus clientes de antaño.

Recuperarlos para su fin original era nuestro reto. Un delicado complemento de moda para lucir en ocasiones especiales que pasará de generación en generación y formará parte de la familia para siempre. 

Buenos días y buena suerte.