Es iraní y está dirigida por Asghar Farhadi. Ganó el Oso de Oro a la mejor película y los de plata a las mejores actuaciones femenina y masculina en el Festival de Berlín de 2011; Ha ganado el Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa y es muy probable que gane también el Óscar de esa misma categoría. Lo sabremos este domingo.
Tengo que reconocer que no suelo ir a ver cine de paises "exóticos", aunque tengo buen recuerdo de algunas como "Buda explotó por vergüenza" y otras. Si me animé a ver la que hoy os recomiendo, fue por los premios cosechados y los tres o cuatro meses que lleva en cartel en los cines Golem de Madrid. Y la verdad es que me sorprendió. A pesar de estar rodada en Irán y responder, según su director, a la realidad de ese país, encontré una narración que podría ocurrir, con pequeñas modificaciones, en cualquier lugar del mundo.
Un hombre en proceso de divorcio y a cargo de su hija y de su padre enfermo ve su vida dramáticamente alterada a raíz de un incidente con la cuidadora de su progenitor.
En la historia es fundamental la visión de la hija del matrimonio en crisis, una niña de 11 o 12 años, que intentará evitar la separación de sus padres pero que al final se ve abocada a decidir con cual de ellos se queda. En ese proceso los va conociendo cada vez mejor, sus verdades y mentiras, sus creencias, sus miedos... Tiene, además, un final abierto, en el que el autor nos obliga a decidir con qué nos quedamos.
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