La mole Antonelliana de Turín constituye un simbolo de la ciudad y es una visita obligada para cualquiera que viaje a esta ciudad italiana. Pero si el visitante es aficionado al cine esta visita se convierte en ineludible ya que la Torre es, desde el año 2000, la sede del Museo Nacional del Cine.
El museo, diseñado por François Confino, se desarrolla verticalmente en varios niveles.
El primero de ellos se dedica a la arqueología del cine, donde se muestran varios de los descubrimientos, espectáculos y experimentos que precedieron y acompañaron las invenciones de Edison y los Hermanos Lumière: el teatro de sombras, la cámara oscura, las cajas óptica, los estereoscopios, linterna mágica, etc hasta llegar al cinematógrafo. Numerosos objetos e ingenios están allí expuestos. Aunque es un apartado interesante, no aporta gran cosa a los que hemos visitado la exposición sobre Méliès que os recomendaba hace unos días.
Los visitantes podemos tumbarnos en las "chaise longues y disfrutar de tres películas proyectadas en pantallas gigantes. Se trata de una selección de imágenes del cine mudo en Turín y dos selecciones llevadas a cabo por Gianni Amelio de las mejores secuencias de baile de la historia del cine italiano, una en color y la otra en blanco y negro.
La galería de Posters, en el siguiente nivel, nos permite recordar infinidad de títulos y directores así como apreciar la evolución artística de la publicidad.
Una serie de fotografías nos recuerda a grandes actores de todas las épocas
Por último, una rampa helicoidal que es el escenario de las exhibiciones temporales, a la vez que permite una visión espectacular del Temple Hall, y que termina en un área dedicada al cine y la televisión donde se aprecian los cambios en el consumo familiar de imágenes a lo largo de los años así como la evolución de los receptores. Un área que invita a reflexionar sobre el futuro de la televisión
Espero que hayáis disfrutado de la visita.
Buenos días y buena suerte
Muchas gracias, muy interesante.
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